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Niños
hiperconectados

Revista Cocoa

Vivimos el tiempo de una nueva era, la era cibernética. Los cambios tecnológicos atraviesan y transforman la sociedad, alcanzando la interioridad de la vida familiar.

¿Cómo manejar de forma adecuada el uso de la tecnología en casa? ¿Cómo poner límite y sacar provecho a la vez, de este nuevo lenguaje que constituye el lenguaje de los niños de hoy?

Los padres, hemos incorporado la tecnología a nuestra vida personal y laboral en mayor o menor medida. El lenguaje digital no formó parte de nuestra educación, ni de nuestros juegos de infancia, por lo cual dudamos acerca de los beneficios y nos cuesta encontrar pautas justas para educar en este nuevo desafío.

¿Qué hacer frente a estos niños hiperconectados que van variando entre diferentes pantallas durante su tiempo libre?

En primer lugar, es importante acotar el tiempo que los chicos dedican a este tipo de juegos. Esto permitirá que desarrollen otro tipo de actividades lúdicas también fundamentales para su desarrollo integral, como son los juegos de rol, los juegos al aire libre, actividades de expresión plástica, entre otras. De esta manera también se evitará el abuso y la interferencia en el estudio, el deporte, la relaciones sociales y la comunicación familiar. Por ello es imprescindible pactar de antemano el tiempo que los niños pueden permanecer conectados.

En segundo lugar, es importante también conocer los contenidos de los juegos a los que están expuestos nuestros hijos. Debemos observar el contenido real para determinar si trasmiten valores o aparecen imágenes que sean contrarias al tipo de educación que deseamos trasmitir.

Los juegos violentos, merecen una mención especial. Algunas investigaciones nos advierten que la exposición prolongada de los niños y de los adultos a los mismos, disminuye la empatía, o sea nuestra capacidad de percibir lo que otro individuo puede sentir. Sin embargo, hay una gran cantidad de posibilidades en cuanto a temáticas positivas en los juegos digitales. Para nombrar algunas, están los juegos de deporte, de recorrido o plataforma tipo Mario Bros, cuidado de mascotas, juegos de rol y aventura como Imperium o Los Sims o de construcción como Minecraft.

Cuando el contenido del juego es positivo; provee una manera divertida de entretenerse. Estimulan el trabajo en equipo y la cooperación cuando los niños juegan con otros. Aumentan la percepción de autoeficacia a medida que dominan el juego. Proveen puntos de intereses comunes y oportunidades de socialización. Desarrollan habilidades relacionadas con diferentes aprendizajes. Estimulan la coordinación viso motora, la coordinación fina, y la resolución de problemas.

Los juegos interactivos generan emociones positivas, ya que llevan al punto justo entre la habilidad del jugador y el desafío que el juego plantea. Esto genera un estado de flow. El concepto de flow (en castellano podría traducirse como fluir o flujo) ha sido desarrollado por el psicólogo Mihalyi Csikszentmihalyi, quien lo ha definido como un estado en el que la persona se encuentra completamente absorta en una actividad para su propio placer y disfrute, durante la cual el tiempo vuela y las acciones, pensamientos y movimientos se suceden unas a otras sin pausa. Todo el ser está envuelto en esta actividad, y la persona utiliza sus destrezas y habilidades llevándolas hasta el extremo.

Paralelamente generan motivación intrínseca, que se evidencia cuando el individuo realiza una actividad por el simple placer de realizarla sin que nadie le de algún incentivo externo. Esto brinda sensación de goce, autosuperación y sensación de éxito.

Con lo cual un juego de contenido adecuado, ofrece una oportunidad de focalizar nuestra energía en hacer algo en lo que nos sentimos buenos y disfrutar.

Los padres de hoy, deben vencer sus temores acompañando a sus hijos en el buen uso de la tecnología digital, ya que constituye una necesidad del presente.

Estar conectado no es ni bueno ni malo en sí, puede ser un valioso aporte educativo si se aprovecha en forma y tiempo adecuado.

Lic. Marcela Kappelmayer